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RNT-5856

Gastronomia de Nariño

Ven y prueba los sabores de una tierra magica

La diversidad gastronomica de nuestro departamento es una de las mas representativas de Colombia. ¡Ven a  comer nuestro plato Típico Tradicional, Cuy asado!

Platos Locales

Cuy Asado

Choriza Sandoneña

Helado de Paila

Plato Gourmet

Plato Gourmet

Plato Gourmet

El majestuoso volcán Galeras, la serena laguna de la Cocha y el impresionante santuario de las Lajas son destinos ineludibles en Nariño, pero la verdadera joya de la visita reside en su gastronomía autóctona.

Como las distintas zonas climáticas y regiones, la culinaria local se presenta como un festín variado y única, al igual que el distintivo acento de los pastusos. La mayoría de los platillos son elaborados con productos típicos de la región, como el cuy, el ulluco, el pusandao y el locro, entre otros.

Entre las sopas de arraigada tradición indígena, destacan el locro, pariente del ajiaco bogotano, aunque con sus propios condimentos y preparación única. La chuspa, conocida también como arrancadas, consiste en trozos de harina, mientras que el chuya es un aperitivo sin igual, una suerte de mazamorra que, a diferencia de la dulce, lleva sal. Otros platos destacados son la ñuta y el mote. Los corregimientos de Catambuco (Pasto), Pinzón (Túquerres) y El Charco (Ipiales) son célebres en Nariño por la maestría en la preparación del cuy asado.

La preparación del cuy, entre brasas y carbones, es el fruto de un minucioso proceso que abarca desde la cría hasta la presentación en la bandeja, con la mirada vigilante de matronas campesinas. La combinación de un asado a fuego lento y condimentos autóctonos confiere a este manjar propiedades únicas. Bien preparado y decorado, el cuy se erige como un manjar autóctono irresistiblemente apetitoso, al que los entusiastas le rinden verdadera veneración. Se le atribuyen propiedades afrodisíacas gracias a su alto valor nutritivo, convirtiéndolo en un plato que, según la creencia popular, enciende “la antorcha del amor” en la cocina, sin necesidad de recurrir a la viagra. En la mesa, el cuy desafía todas las reglas de etiqueta, exigiendo ser despojado con las manos y degustado sin complicaciones. Además, las inigualables ensaladas a base de ullucos y arracachas son una opción fresca y deliciosa.

La repostería local presenta una amplia variedad de tentaciones, desde panecillos bautizados como panuchas, alfajores, dulce grueso, polvorones, pirulíes, merengues, hasta cocadas y sorbetes, todos elaborados por las hábiles manos de las mujeres nariñenses, cuya única instrucción proviene del hogar. Medias nueves y entredías se complementan con una suculenta fritada, acompañada de choclos, patacones, moles y masatos.

Las tres variantes de envueltos de yuca, choclo y cojongo añaden un toque especial a almuerzos y meriendas. Cualquier plato puede ser acompañado con el delicioso helado de paila, cuya preparación se ha convertido en pequeñas empresas familiares que contribuyen a aliviar el desempleo.

Para aquellos que disfrutan del tinto después de la comida, el tinto con punta es una opción que deja su huella gracias a la maravillosa mezcla de granos y aguardiente, creando el mismo efecto cálido de tertulias, ideal para disipar penas y despechos. El café con pan de maíz es una elección perfecta para el desayuno.

Entre los postres más solicitados se encuentran el de chilacuán, de calabaza y dulce de brevas.

La oferta culinaria se extiende hasta el litoral, presentando platos como el pusandao y plu con pla, que se vuelven indispensables en paseos familiares o festividades.

El pusandao destaca por la carne serrana que le confiere un sabor especial, aliñada previamente con sal de nitro en la serranía nariñense y luego trasladada a la costa. Se sirve acompañado de plátano verde, papas enteras sin pelar, huevos duros, aliños y gallina.

El plu con pla consiste en un tapao de plumada, plátano y sal, una opción frecuente en hogares de escasos recursos económicos. Para prepararlo, se coloca una olla con agua, plátanos verdes y sobre ellos la plumada, un pez de unos 20 centímetros parecido a la carduma y que se pesca a pocas millas del mar. El aroma delicioso del plu con pla delata fácilmente en qué hogar se está preparando. También se encuentra el encocado, que incorpora pescados y mariscos aderezados con coco. En la cocina criolla, no pueden faltar el ceviche de camarón, así como pescados o mariscos marinados en limón, aceite y especias. También se preparan de manera exquisita la langosta, los langostinos y las jaibas.

La variada oferta alimentaria del litoral nariñense incluye crustáceos, moluscos y reptiles con nombres muy particulares, como ostión, la concha prieta, la chiripiangua, pata de burro, lambe plato, piacuil, tasquero y chautiza.